Monseñor Bernardo Álvarez preside Misa de Miércoles de Ceniza en Catedral de Concepción
El Obispo Auxiliar de Concepción afirmó que como Iglesia arquidiocesana iniciamos este tiempo cuaresmal, marcado por rostros sufrientes y agobiados, por las consecuencias de los incendios que han afectado nuestro territorio.
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En su homilía, Monseñor Bernardo llamó a entrar en esta Cuaresma, movidos por el Espíritu Santo, y renovar nuestra fe, nuestro amor y nuestra esperanza: “Estas tres virtudes teologales que son justamente fundamento y comunión con el Misterio Pascual”.
Además, afirmó que como Iglesia arquidiocesana iniciamos este tiempo cuaresmal “marcado por rostros sufrientes, dolidos, cansados, en muchos casos agobiados por las consecuencias de los incendios que han afectado vastas extensiones de nuestro territorio. Se han consumido bosques, afectado el medio ambiente, la flora y la fauna, los hogares, las fuentes de trabajo, emprendimientos, proyectos de vida, vidas humanas. Una gran parte de todo ha quedado en cenizas”.
En ese contexto, destacó que el signo de la imposición de las Cenizas es muy significativo, ya que tiene ese carácter penitencial, “pero a su vez tiene un carácter de comunión. A pesar de esta gran adversidad que nos toca vivir, en esta gran tragedia de la que hemos sido testigos -que se mantiene aún y rezamos para que se termine- podemos decir también que hemos sido testigos de cómo frente a la inclemencia de los incendios, han habido signos de vida y muy potentes”.
En ese sentido, señaló que “en las mismas familias afectadas se levantan, trabajan unos con otros, solidarizan con lo poco y nada que tienen, muchos de ellos en medio de esta adversidad arriesgaron sus propias vidas para poder salvar las de otros. También, un signo de vida muy potente son los diversos voluntariados. Verdaderamente los primeros días era admirable ver cómo la Ruta de la Madera, consumida por el fuego, era transformada en una ruta de esperanza, llena de voluntarios que llevaban alimentos, agua, herramientas de trabajo, enseres de hogar, pero sobre todo el deseo de hacerse partícipes del dolor del otro, llevar colaboración y acompañamiento en medio de la desolación”.
“Dentro de ellos también las comunidades parroquiales, sacerdotes, religiosos, religiosas, fieles laicos comprometidos, la Pastoral Social, haciendo fuerza para poder sostener este gran momento de dolor”, agregó.
Monseñor Bernardo llamó a recoger esta experiencia y llevarla a la vida cotidiana y sostuvo que en el Mensaje de Cuaresma del Santo Padre, se nos invita “a vivir un camino ascético cuaresmal y también sinodal, ocupando el Papa la imagen del texto de la Transfiguración, nos propone como meta ser testigos de la Transfiguración del Señor, pero también -y de manera muy desafiante y hermosa- nosotros mismos ser transfigurados de manera personal y, de igual modo, eclesial”. Para ello, el Papa Francisco, en su mensaje, propuso dos caminos: escuchar a Jesús y no refugiarse en una religiosidad hecha de acontecimientos extraordinarios por miedo a afrontar la realidad con sus fatigas cotidianas, sus dificultades y contradicciones.
Asimismo, el Obispo Auxiliar de Concepción llamó a vivir las prácticas cuaresmales con un acento discipular: “La propuesta de Jesús es vivir la vida de la limosna o de la caridad fraterna, la vida de la oración, la vida del ayuno, pero vividas sin ostentación, sin lucimientos, sin afán de una pseudo vanagloria que muchas veces puede ser de manera personal o que a veces pudiéramos evidenciar frente a los demás, incluso a veces frente a Dios (…) Cada una de estas prácticas son verdaderos caminos”.
En el momento de la presentación de las ofrendas, fue llevado al altar un árbol nativo, como signo de agradecimiento a quienes están combatiendo los incendios, salvando vidas humanas, animales y también los bienes materiales. Además, fue presentada una bandeja con las alcancías de la Campaña de Cuaresma de Fraternidad 2023.
Al término de la Eucaristía, fueron invitados a pesar frente al Altar, los integrantes de la Pastoral Social, para recibir el envío de la campaña de Cuaresma, por parte de Monseñor Bernardo Álvarez.
Fuente: Comunicaciones Concepción
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