Se financiarán proyectos que promuevan mejorar las condiciones de vida de las personas migrantes, por medio de la ejecución de acciones sociopastorales que, una vez implementadas, sean sostenibles para permanecer en el tiempo sin depender exclusivamente del apoyo técnico y/o económico de Cuaresma. Asimismo, se espera que las propuestas fomenten el encuentro entre chilenos y migrantes, “promoviendo espacios de integración social, reconociendo en ello la oportunidad de aprender, tanto para quienes emigran como para el país que acoge” (Papa Francisco).
Las iniciativas asumirán el desafío de salir al encuentro de aquellos migrantes con mayores necesidades, trabajando directamente con la población migrante y/o con las comunidades de acogida. Para contribuir a este proceso el Papa Francisco ha propuesto veinte puntos de acción para que sean asumidos pastoralmente como una respuesta común hacia los nuevos flujos migratorios, en torno a cuatro verbos: acoger, proteger, promover e integrar.
Estos proyectos, de carácter diocesano o nacional, deberán estar orientadas a complementar y fortalecer la labor de Pastoral Social que desarrolla la Iglesia con personas migrantes vulnerables y/o en situación de exclusión social. Para ello, se espera que las acciones incorporen un modelo de intervención sociopastoral que se preocupe de acoger e integrar a los diversos actores y que además desarrollen estrategias de trabajo en red por medio de la cooperación para ofrecer respuestas a las necesidades de los migrantes. Tales como: