En Cuaresma de Fraternidad se invita a todas las personas de buena voluntad a vivir intensamente este tiempo litúrgico de preparación para la Pascua del Señor, llevando a la práctica los tres pilares de la fe y la vida cristiana explicados por Jesús en el Evangelio de San Mateo: hacer más oración, vivir austeramente y compartir con los demás.
Ahora bien, no se trata de orar y practicar la austeridad y la solidaridad de cualquier manera, sino de la forma en que nos enseña Jesús y con la motivación final del amor. En este sentido, no se trata de repetir oraciones aprendidas de memoria, pero que no son sentidas; tampoco ser austeros solo por serlo, sin unirnos a Cristo que pasó hambre y se sacrificó por nosotros; o dar lo que otros no necesitan, sin mirar al que pide ayuda. En este año jubilar, el llamado es vivir Cuaresma con mayor intensidad, “como momento fuerte para celebrar y experimentar la misericordia de Dios” (Mensaje del Santo Papa Francisco para la Cuaresma 2016), y a ser misericordiosos y obrar como Él.
“La Cuaresma en este Año Jubilar, pues, es para todos un tiempo favorable para salir por fin de nuestra alienación existencial gracias a la escucha de la Palabra y a las obras de misericordia. Mediante las (obras de misericordia) corporales tocamos la carne de Cristo en los hermanos y hermanas que necesitan ser nutridos, vestidos, alojados, visitados, mientras que las espirituales tocan más directamente nuestra condición de pecadores: aconsejar, enseñar, perdonar, amonestar, rezar”
(Mensaje del Santo Papa Francisco para la Cuaresma 2016)